sábado, 13 de diciembre de 2008

O Domina Nostra




La Compañía Nacional de Danza suele ser apuesta segura. Su actuación en el Teatro Jovellanos fue una muestra más de ello.
Tres fueron las obras que interpretaron, de las que solo disfruté las dos últimas, ambas bajo la coreografía del actual director de la compañía y nuestro bailarín más internacional, Nacho Duato.
El Opus 55 de la obra "O Domina Nostra" del compositor polaco Henryk Górecki es la música utilizada en la segunda obra. La Virgen negra, es utilizada como enlace entre lo divino y lo humano. Es la relación en muchos casos de dolor y desgarro pero llena de fuerza entre la madre de Jesucristo y los hombres. Una sola bailarina en escena que por momentos parecía que volase en el escenario, con una gran expresividad y unos movimientos perfectos, llenos de elegancia al igual que los 10 bailarines con los que compartió las tablas del escenario.
Por último White Darkness sirve de excusa para reflejar el mundo de las drogas. Una cuidada puesta en escena con la música de Karl Jenkins, intentaba hacer reflexionar a los espectadores sobre nuestro comportamiento ante este problema. El aislamiento de los drogadictos, en una sociedad que en algunos ámbitos en ocasiones mira hacia otro lado y en la falta de comunicación social.
En este último caso la primera bailarina fue excepcional, elegante, con movimientos precisos y llenos de técnica realmente depurada.
A excepción de la primera obra, que excuso decir no me gustó nada. El resto del espectáculo ha sido memorable.

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