Como en el mejor western, un grupo de forajidos se repartió parte del rancho llamado "Piel de Toro", exceptuando algún que otro terreno hostil en el que los lugareños resistían a las malas artes de este grupillo cuya pretensión era volver a extender sus redes por todo el territorio.
Los citados forajidos se repartieron el pastel robando cabezas de ganado, bancos, extorsionando y demás desmanes que conseguían amedrentar a parte de los lugareños y comprar al resto para que no pusieran mayores dificultades.Ni siquiera el sheriff era capaz de enfrentarse a ellos, obviamente es de suponer que recibía parte del pastel.
Evidentemente, la cantina era el lugar de celebración y reunión para contarse cual había sido la mayor fechoría. Mientras entre festín y festín, preparaban la siguiente.
Tanta impunidad les hizo convencerse que eran todopoderosos y que podrían campar a sus anchas por los siglos... Claro que no contaban con la posibilidad, remota pero real, de la aparición de un nuevo sheriff.
En esta ocasión, y como suele suceder en la películas de este género, el sheriff y sus ayudantes con algún jefe que le coloca al frente del lugar para acabar con tanto despropósito, deciden luchar para acabar con los forajidos. El camino va a ser duro y largo, contando con el apoyo de algunos de los habitantes del lugar, mientras otros seguirán pidiendo pábulo a los malhechores para continuar ganando dinero.
El final debería ser obvio. El sheriff acaba con los forajidos, los lugareños apoyan y alaban la labor del mismo, obligando a los ladrones a devolver su botín con el que se podrían hacer muchas mejoras en el rancho: nuevos y mejores caminos, más lineas de ferrocarril, escuelas, hospitales...........
Pero esta película real como la vida misma aún no tiene final, obviamente queda claro cual es el que yo espero