Desde siempre he visto el símbolo de la justicia como una mujer con los ojos tapados con una balanza bien equilibrada. Pero la verdad es que no siempre es así, los jueces en ocasiones distan mucho de ser ecúnimes y administrar justicia.
Justicia que gran palabra y máxime en un Estado de Derecho como el nuestro, donde los jueces han de juzgar con las pruebas que tienen enfrente y no con las opiniones. Varios han sido los ejemplos, baste recordar la famosa sentencia de la minifalda. Pero retrotrayendome a estos últimos días y en plena campaña electoral, hemos sufrido el último ejemplo de lo que es una mala administración de la Justicia.
La jueza Pandiella está siendo el más puro ejemplo de revanchismo político intentando emponzoñar unos comicios municipales con sus opiniones. Hasta donde yo se, los jueces solo han de administrar justicia con las pruebas en la mano. Las opiniones han de guardarselas para los amigos o para decirlas en su casa no en una sentencia.
La palabra equidad y justicia es algo que esta señora no entiende y por ello creo que su responsabilidad como jueza queda muy en entredicho. Mejor debería dedicarse a otras cosas o quizás pensando mal es que está intentando ganar puntos con el señor Trillo para subir en el escalafón judicial.
Si los ciudadanos no podemos contar con la verdadera justicia, no con las opiniones de los jueces convertidas en sentencia que nos queda?. Es absolutamente vergonzoso y denunciables estos hechos que espero por el bien de toda la sociedad no se vuelvan a repetir.
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