Recuerdo cuando era pequeña y solía pelearme por cualquier tontería con mi hermano mayor, así como el conmigo. Mi padre solía decirnos siempre que la libertad de uno acababa donde empezaba la del otro y que el respeto era fundamental entre las personas de bien.
Esas palabras se me quedaron grabadas y forman parte de mi filosofía de vida.
Salvando las enormes distancias que tengo claro existen entre este caso y el atentado de hoy en Navarra, es obvio que estos "seres irracionales" deben entender las normas de juego en una sociedad democrática.
El respeto y la salvaguarda de la libertad ciudadana son claves importantes que estos personajes no han tenido nunca en cuenta. Han tenido la gran oportunidad que le ha dado nuestro presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, de negociar siempre que depusieran las armas. Todo apuntaba a una larga y dura negociación pero no fue así.
Quizás los antiguos cabecillas ya hayan perdido fuerza, pero deberían aconsejar a esos nuevos "incontrolados" a saber que si siguen en ese camino no van a conseguir nada.
Los ciudadanos españoles ya estamos hartos y no vamos a doblegarnos a sus chantajes. Ellos son los terroristas, no deben olvidarlo, los que han perdido cualquier tipo de razón, si es que algún día la han tenido, puesto que utilizan la fuerza para obtener sus objetivos. Nosotros tenemos de nuestro lado la libertad, el respeto y la razón.
Quizás también sería bueno recordarle a algún político vasco que no es conveniente navegar entre dos aguas, esto generalmente conduce al ahogamiento seguro. Es imposible quedar bien con todo el mundo. Y por ello sería bueno que empezasen a condenar cualquier tipo de acto terrorista.
Una vez más Basta Ya
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