lunes, 20 de junio de 2011

"Pan y Toros", la emoción a flor de piel o el placer de disfrutar de un gran espectáculo

Para los que somos amantes y habituales consumidores de cultura debemos reconocer que no siempre es fácil sentir cuando la emoción de un espectáculo traspasa las tablas de un Teatro.
Esa emoción la he podido sentir con la zarzuela "Pan y Toros", una maravillosa producción llena de calidad y originalidad llevada a cabo por la Fundación Ana María Iriarte. He de reconocer que no conocía ni el libreto, ni mucho menos la música, mi única aproximación era una lejana lectura de los diarios de Jovellanos, hilo conductor en este montaje dirigido por Ignacio Garcia.
La intensidad política de los textos así como la belleza musical del libreto se conjugaron con un grupo de voces perfectamente armónicas, conjuntadas, llenas de fuerza, calidad interpretativa y vocal, así como emoción y tensión.
La magia se instaló durante 5 días en el Teatro Haagen Dasz Calderón haciendo que las emociones se instalasen a flor de piel. Los cantantes entre ellos Alicia Berri, en el papel de Princesa Luzán y en el dúo con Belén López, consiguieron hacer que las lágrimas apareciesen en mis ojos sin solución de continuidad. La piel erizada sintiendo voces de gran calidad y con una excepcional capacidad interpretativa.
Es una pena comprobar como la prensa no se hace eco de este tipo de espectáculos.
No se ha puesto el cartel de agotadas las localidades pero lo que es mucho mejor sin duda es comprobar la cara y escuchar los comentarios de los asistentes.
Una vez más creo que sería de justicia reconocer la labor de Ana María Iriarte y de Alejandro Inurrieta al mando de la Fundación Ana María Iriarte en pos de la cultura, de su difusión, de trabajar en pos del descubrimiento de nuevos valores de la lírica y también en su continuo esfuerzo por buscar producir espectáculos nuevos o desconocidos de una calidad excepcional.
Solo espero que alguno de los mecenas de este país se pare a pensar en que merece la pena apoyar este tipo de Fundaciones y proyectos. No es justo ver como siguen apostando solos o casi solos en contraposición a los que siempre ocupan las carteleras de los teatros con mucha menos calidad.
La Fundación Ana María Iriarte está realizando un gran trabajo y estoy segura que seguirá creciendo de la mano de la propia Ana María y del tesón y entusiasmo de Alejandro Inurrieta.
Gracias por hacernos disfrutar, sentir, emocionarnos y aprender nuevas facetas de la cultura lírica española.

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