Inmersa en plena campaña para las elecciones europeas, sin ocultar mis ideales políricos me resulta mucho más fácil comprometerme con mi responsabilidad ciudadana de votar el próximo 7 de julio.
Las leyes que se adopten en el Parlamento Europeo nos afectan a todos, no hace falta recordar el logro del diputado socialista Cercas para hacer que no llegase a buen puerto una ley que no beneficiaría en nada a miles de trabajadores comunitarios, la famosa "Ley de las 65 horas semanales" o la penalización por las descargas de internet que promulgan algunos parlamentarios de la derecha.
Ha sido un camino largo hasta conseguir unos derechos y libertades merecidas por todos los ciudadanos. El sueño de la Europa sin fronteras no ha de convertirse en una utopía.
Independientemente de lo que cada uno piense votar de acuerdo con sus ideales y conciencia, sin negar que me gustaría una Unión Europea progresista, preocupada por los avances sociales y mucho más cerca del ciudadano de a pie, nuestra obligación es acudir el próximo 7 de junio a las urnas.
Aunque algunos ciudadanos sientan que en Europa no se juega nada, recordar que muchos proyectos de cada una de nuestras ciudades y pueblos se financian con fondos europeos.
Este tambien es nuestro partido y debemos jugarlo porque no sólo tenemos derechos, los deberes tambien forman parte de la condición ciudadana. En esta ocasión la apatia debe dejar paso a la responsabilidad y el compromiso con una Europa fuerte.
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