domingo, 25 de septiembre de 2011

La ilusión de vivir sin miedo

Poco se ha dicho y comentado sobre la Euro Orden aprobada recientemente y promovida por España durante su presidencia de la Unión Europea: Esa falta de difusión y aceptación para muchos, ha supuesto volver a tener ilusión para vivir sin miedo Todas las medidas que se tomen para luchar contra la violencia de género son obviamente pocas, pero esta iniciativa da tranquilidad a miles de mujeres que sufren las amenazas telefónicas o por otras vías favorecidas por las nuevas tecnologías. A veces las nuevas tecnologías pueden suponer tener más cerca el descenso al más profundo de los infiernos. La distancia en cuestiones de maltrato no es sinónimo de seguridad, y los maltratadores se saben todo tipo de triquiñuelas para salvar las barreras. Esta Euro Orden asegura que esas mujeres puedan ser avisadas cuando su potencial asesino entre en territorio europeo, cuestión obviamente no baladí al hablar de vida, futuro e ilusiones renovadas, tanto de ellas como de sus hij@s. Anteriormente, todas aquellas mujeres con órdenes de alejamiento y en las que sus maltratadores no vivían en España y mucho menos en Europa, estaban a expensas de una llamada de las autoridades españolas en nuestros aeropuertos que les anunciara la fatal llegada de su miedo. Esas situaciones y falta de coordinación entre los diferentes países europeos supuso más de un susto y quizás encontrarse con el maltratador en la misma ciudad, traspasando las no fronteras existentes pero si los Km. de seguridad entre dos realidades muy diferentes. Gracias por fin a esta iniciativa, a esta Euro Orden que ni nosotros mismos hemos sabido colocar en el lugar de importancia que se merece. Aunque sólo sea para devolver la ilusión de vivir sin miedo a una sola mujer ya habrá sido imprescindible el esfuerzo. Gracias a tod@s los que lo han hecho posible

domingo, 11 de septiembre de 2011

Llegó la hora de ser valientes

A nadie se le escapa que la coyuntura política y social está complicándose demasiado y no solamente en nuestro Universo más cercano. No es momento de veleidades, ni de brindis al sol, ni tampoco valen los discursos llenos de palabras. Cuando llega la tormenta, solo queda ser valientes fijando posiciones claras y contundentes, sin resquicios a la duda ni a la doble interpretación. Es momento de escuchar, darse cuenta que ser político es mucho más que una profesión, es una obligación con y para los ciudadanos. Nosotros los votamos y les pagamos con nuestros impuestos. Por lo tanto, tenemos derecho a ser como mínimo escuchados, aunque tampoco se me escapa que los verdaderos ciudadanos también tenemos nuestras obligaciones por y para la sociedad. Esa valentía se ha de reflejar en varios campos de una vez por todas, aunque debería decir que no tengo muchas esperanzas. La educación es fundamental para el sano crecimiento y desarrollo de una sociedad, para que los habitantes de la misma no se queden simplemente en eso, sino que se conviertan en ciudadanos responsables y comprometidos. Siempre he defendido la enseñanza pública, su potencialidad y la necesidad de un fuerte apoyo a la misma. No entiendo la existencia de regímenes híbridos, como es el caso de los colegios concertados. Vista la situación en la que estamos ,extraño que al menos un solo partido político defendiera simplemente la existencia de dos tipos de modelos educativos, el público y el privado, sin situaciones intermedias. Obviamente, y visto lo visto, ya he desistido, porque algunos de los que defienden de palabra la enseñanza pública mandan a sus hijos a la concertada. La coherencia y la valentía parece que no están de moda, pero para mi forma de ver la vida son fundamentales e imprescindibles. Con la cultura nos pasa más de lo mismo, no hemos sido capaces de tomarnos en serio la importancia de la misma, tanto para educar en libertad y abrir la mente, como para ofrecer un sector laboral realmente importante en este país. La cultura mueve muchos puestos de trabajo directos e indirectos, pero nosotros mismos no nos lo creemos y la consideramos un bien superfluo: Por eso le hacemos determinados guiños, todos ellos infructuosos y sin muchos resultados efectivos Seamos valientes de una vez por todas y pensemos lo que queremos. Pongamos encima de la mesa las cartas que queremos jugar, porque los ciudadanos nos merecen verdades directas y nada de cantos de sirena. El oscurantismo y la endogamia ha quedado sobradamente demostrado que no dan resultado, los ciudadanos queremos opinar, formar parte de la sociedad y por lo menos ser escuchados pero no solo cada vez que hay que acudir a las urnas. Los viejos modelos se caen y a poco que fuéramos observadores nos habríamos dado cuenta. Símbolos hay muchos, quizás el muro de Berlín es uno de ellos. Es hora de observar, analizar con calma, escuchar y volver a construir contando con una base fuerte no meramente simbólica, observando, cambiando las caras y las situaciones. Es hora de olvidar las palmeras que dan calor y bajar al frio invierno, solo desde esa posición se puede salir de nuevo a flote y fortalecido. En estos momentos, si queremos surgir fuertes a modo de Ave Fénix, solo veo una opción posible, ser valientes y por tanto autocríticos haciendo lo que deberíamos haber hecho hace mucho tiempo, sin pensar que rédito en votos nos dan esas decisiones. Dejémonos de demonizar a los que llevan tiempo anunciando verdades y situaciones que tristemente son actuales, a los que han demostrado sobradamente que tienen ideas y razones, a los que son críticos esgrimiendo verdades como puños. Insisto es momento de olvidarse de las palmeras, llega el otoño y deberíamos acercarnos al frio más intenso, Vamos a comenzar a construir desde la base eliminando los errores pasados y solo así podremos volver fuertes.